Ni bajando el precio se vende

Vienen, miran, dicen que les gusta, pero no compran». Propietarios de pisos en venta no se explican la apatía de los compradores. Algunos tienen verdadera urgencia en vender .

SAN SEBASTIÁN. DV. Unos bajan el precio ante la urgencia de vender el piso y otros para animar la venta en un mercado de viviendas de segunda mano «que está parado».

En la actualidad, pocos propietarios guipuzcoanos no acaban cediendo a la rebaja o a la negociación a la baja del precio de su vivienda. «Parece que la gente visita el piso pero sin estar decidida a querer comprar una casa. Sólo vienen a mirar, como en las tiendas de ropa antes de las rebajas, a la espera de encontrar un chollo», asegura un propietaria donostiarra que lleva cerca de un año intentando vender su finca. Algunos futuros compradores, que conocen el mercado, visitan los pisos y cierran la puerta dejando caer un mensaje revelador.

«Ya veremos cuanto aguantan con el precio así...»En el Centro de Donostia. Ane Valverde puso su piso en venta hace un año. Precio de salida: 80 millones de las antiguas pesetas. Y todavía no lo ha logrado vender, a pesar de que «es el más barato de todo el Centro de Donostia». Una segunda planta en plena calle Fuenterrabía: 60 metros cuadrados repartidos en dos dormitorios, cocina, cuarto de baño y salón comedor. También tiene trastero y un pequeño estudio. «Se va a reformar la fachada y el ascensor, a cuenta de un constructor que va a hacer un levante en el piso superior». Al poco tiempo de ponerse en venta, comenzó el rosario de visitas al piso «pero ni siquiera había contraofertas». Los propietarios decidieron entonces bajar el precio.

«Pasamos de la barrera psicológica de los 80 millones de pesetas a los 77 millones» y las visitas comenzaron a aumentar. «Vienen, miran el piso, dicen que les gusta, pero luego no compran. Piensan que el precio va a bajar más». Ane, que vive en otra casa y no le urge la venta, no se rinde. «Tengo el piso colocado en varias agencias. Algunas me dicen que el precio está bien y otras que baje un poco más, pero no pienso malvenderlo». De momento, el piso ya ha sido visitado «por más de cincuenta personas», pero nadie se decide.«Ni llamadas».

Pusieron el piso a la venta en 57 millones de pesetas hace ocho meses y, viendo el panorama, ahora piden 53. «Pero apenas llama gente y visitas hemos tenido muy pocas». La vivienda, un segundo piso sin ascensor en el barrio donostiarra de Intxaurrondo, de 55 metros cuadrados, está «reformada completamente» y el anuncio de Se vende aparece en «varias inmobiliarias y en carteles por todo San Sebastián». Pero no hay manera. De momento. Sus propietarios, un matrimonio de 60 años, están dispuestos a «negociar a la baja» más si cabe, porque son conscientes de que «el mercado está parado». «Perder la fianza del piso».

«Hay gente que lo está pasando muy mal», aseguran desde una inmobiliaria donostiarra refiriéndose a unos propietarios que tampoco consiguen vender su vivienda. «Compraron un piso de nueva construcción sobre plano en años de bonanza pero luego las obras se han retrasado». Esta circunstancia se ha unido con que «no han conseguido vender su vivienda habitual», necesaria para llevar a buen puerto el cambio que habían iniciado. «Los dueños hicieron esta operación pensando que su vivienda iba a seguir revalorizándose cada año un 10% y ha sucedido lo contrario desde 2006 para aquí.

Hay gente que está con el agua al cuello y ha tenido que bajar cinco millones de golpe el precio del piso o perder la fianza que había depositado en la nueva vivienda», afirman desde la agencia donostiarra.Los dos pisos a la venta. Mercedes, de Inmobiliaria Amaher de Irun, cuenta otro caso extremo que ha pasado por su oficina. «Una chica de Irun, que tiene un piso de los normalitos -un cuarto sin ascensor- se ilusionó y recientemente compró una vivienda preciosa en Astigarraga». Pero no eligió buen momento.

Su piso está a la venta desde hace más de seis meses en varias agencias inmobiliarias y hasta ahora no ha encontrado comprador. «Está tan agobiada que ya se está planteando poner a la venta también la vivienda nueva de Astigarraga, a la que se iba a trasladar a vivir, porque se le viene encima el plazo para hacer frente a la hipoteca y el pago de dicho piso», asegura Mercedes. «Ya se ha hecho a la idea de que tendrá que quedarse con la vivienda que no consiga vender», afirma la vendedora, con 13 años de experiencia en el sector.«Desfase en la tasación».

Helena Quintana, agente inmobiliaria de Zarautz, considera que una de las razones de la ralentización de la venta de pisos se encuentra en el desfase en la tasación de las viviendas. «Se tarda más tiempo en vender y se vende menos porque si un piso se tasa en 74 millones de pesetas y luego los propietarios lo quieren poner a la venta en 85, actualmente el banco no va a dar a los futuros compradores un crédito más allá del valor de tasación», asegura. Helena Quintana recuerda que hace pocos meses los bancos «daban créditos por encima de la tasación de la vivienda» pero «ahora» la situación ha cambiado y la posibilidad de acceder a esas viviendas es distinta para esos compradores.

La agente inmobiliaria considera que el ajuste de precios a la baja que se está dando «es bueno» para el mercado, porque reconoce que los precios de las viviendas de segunda mano estaban «un poco inflados» a causa del boom inmobiliario de los últimos años. «Se ve más oferta». A las puertas de una oficina inmobiliaria de la calle Urbieta en Donostia, una joven de 26 años, curiosea entre los carteles de pisos a la venta. «Se ve más oferta y más variedad de pisos que nunca», asegura.

Esta joven adquirió su primera vivienda, un piso de segunda mano, en Semana Santa de este año, gracias «a la ayuda de los padres» y a que tiene «un sueldo fijo» en su trabajo. «Estuve casi un año y medio mirando ofertas, visitando pisos y la verdad es que entonces no había tanto para elegir como se ve ahora», confesaba. La donostiarra ha notado también una rebaja en los precios «aunque chollos, lo que se dice chollos no se ven».«Ponerlo en alquiler». Aunque no es generalizado, la ralentización en el mercado de segunda mano está llevando a algunos propietarios a plantearse la posibilidad de poner el piso en alquiler.

«Estamos notando que algunas vivienda vacías se están poniendo en alquiler, sobre todo pensando en estudiantes», aseguran desde una inmobiliaria de Donostia. «Son pisos que, como no se venden, sus propietarios piensan que, mientras no lo coloquen, lo tienen de alquiler y así sacan algo de dinero», añade.Pisos a 30 millones.

El reajuste en el mercado en Donostialdea está afectando tanto más a los barrios de la periferia que a las zonas más céntricas de la capital guipuzcoana. «Cuando todos los precios subían, en los barrios de la periferia proporcionalmente subió más. Ahora, con la ralentización en las ventas, la bajada se está notando más en esas zonas», afirma Itziar Goienetxea, vendedora de una inmobiliaria de San Sebastián. Esta agente inmobiliaria tiene datos que corroboran su afirmación. «En Amara, pisos por los que antes se pedían 59 millones de pesetas ahora se encontran a 52 millones. Y en la periferia, hoy en día se vuelven a vender pisos a 30 millones, cosa que hace tres años no se veía».
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